Las zonas montañosas como el Pirineo plantean una realidad ocupacional diferenciada respecto los entornos de costa y de valle. Las di cultades de comunicación y las características del entorno natural condicionan el establecimiento de núcleos de hábitat y la explotación de recursos. Esta realidad se hace evidente en los siglos de transición entre la Antigüedad Tardía y la Alta Edad Media. A partir de la desestructuración del modelo tardoromano, organizado a partir de ciudades y uillas, analizamos los cambios que se producen durante los siglos V-IX en las formas de hábitat a partir de fuentes arqueológicas y documentales. Establecemos relaciones entre estas formas de ocupación y los recursos disponibles y explotados en este período, así como con los centros de poder.